España es conocida fuera de nuestras fronteras por muchas cosas. Por supuesto por nuestro vino, nuestro deporte y nuestro sol, pero también por la carne. Un producto que cada año cuenta con más adeptos pero que hay que tener en cuenta que no es tan fácil exportar. Una de las soluciones para que una empresa salga de la crisis es exportar su producto cárnico al extranjero pero claro, hay que tener en cuenta unos aspectos. Por eso recomiendo ponerse en manos de profesionales como TSJ, que tiene su despacho de abogados en Santander, y que seguro que te pone al corriente de todo.
Lo primero de todo es el reconocimiento de calidad diferenciada a través del sello comunitario de Indicación Geográfica Protegida, que es el elemento que avala la calidad de nuestro producto de cara a su comprador en el exterior. El sello IGP en nuestro producto certifica su origen, que nuestras carnes provienen de una producción en extensivo y ligada a una raza autóctona y su continuo control en materia de trazabilidad y seguridad alimentaria, antes de iniciar esta actividad hay que contar con la mayor información posible del mercado/s a los que nos vayamos a dirigir para exportar. En esa información, y sobre todo con respecto a productos cárnicos, debemos tener en cuenta las temporadas que son objetivo para introducir nuestro producto en el mercado al incrementarse su consumo, así como qué otros productos similares pero de diferente origen pueden ser competencia en un mismo merca-do; otro aspecto es el perfil de los consumidores en el país de destino, siendo relevante su orientación religiosa; también las preferencias en cuanto a consumo de carne de vacuno, cómo el sabor y olor de la carne según la edad animal, etc.
Administración
Y por último, conocer de antemano todos los requisitos administrativos, técnicos, tributarios, aduaneros y sobre todo condiciones en cuanto a la logística para hacer llegar el producto que nos pueda solicitar el cliente. Es ahí donde los abogados juegan un papel importante, sobre todo a la hora de asesorarte. No obstante, también pueden servir de utilidad, la presencia de traductores jurados, sobre todo si tienes que desenvolverte en idiomas complicados.
En segundo lugar, recomendaría que para comenzar a exportar se esté dispuesto a asumir nuevos retos, es decir debes dirigirte a los mercados externos que decidas planteando la siguiente cuestión: “¿Qué es lo que quieres? Yo te lo puedo ofrecer”. Esto se traduce en ofrecer la calidad de tu producto pero es posible que tengas que adaptarlo a algunas preferencias que el cliente te demande como aspectos de packaging, imagen o incluso la formulación de nuevos productos
En la actualidad podemos considerar que el mercado de la Unión Europea puede definirse como mercado nacional, dado que no existen restricciones aduaneras de ningún tipo. La razón diferencial que puede hacer pensar que la exportación resulta más complicada que la comercialización de nuestro producto en el mercado nacional, es principalmente un marco de referencia jurídico, aduanero, técnico, de comunicación, de costumbres comerciales y de lenguaje, que puede que sea diferente en el país de destino elegido.
Estos son algunos de los aspectos que tienes que tener en cuenta si quieres exportar tu producto cárnico al extranjero.