La calidad de la carne, se nota

Cualquier negocio hostelero que se precie debería tener cierta predilección por la carne y lo digo muy enserio. Dejando a un lado a vegetarianos, veganos y esa pequeña parte de la población que no prueba la carne ni así los maten, la mayoría de la gente disfruta comiendo un buen chuletón y no es lo mismo que sea de supermercado de la esquina que de una buena carnicería. Cateringamorena.com es una empresa de catering especializada en el pulpo a la gallega, es decir, que su plato de referencia no incluye carne, y sin embargo saben que la calidad de la carne importa y por eso buscan dicha calidad en los ganaderos a quienes compran el producto.

Sólo los verdaderos empresarios profesionales del sector y los verdaderos chefs conocen esa importancia e intentan transmitirla a sus clientes, por eso me encanta encontrar restaurantes que busquen y demanden carne tierna, que se corte como la mantequilla, y cuando encuentro un catering como A Morena que se preocupa tanto o más que esos restaurantes tengo que contarlo y, por supuesto, que experimentarlo. Ahora, que también hay que reconocer, que teniendo en cuenta que hablamos de un catering en Galicia sería un delito que no tuvieran buena carne ¿no?

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REGULACIÓN

Los ganaderos españoles buscan mejorar la calidad de la carne y por eso ahora hay tanto revuelo con la regulación y demás. De hecho, demandan que se regule la ganadería integrada y que la AICA la controle. La AICA es la Agencia de Información y Control Alimentarios.

Por lo visto, hace unos días se reunieron la Dirección General de Producciones y Mercados y la Dirección General de Industria Agroalimentaria y han pedido al Ministerio de Agricultura una regulación específica a nivel estatal de ganadería en régimen de integración que delimite las responsabilidades, para perseguir y sancionar los incumplimientos y prácticas abusivas de las empresas integradoras.

En la ganadería en régimen integrado se realiza en España más del 95% de la producción de aves de engorde, el 60% del porcino de capa blanca y una parte del vacuno de carne significativa en algunas zonas. Se trata de una modalidad de explotación con una regulación dispresa e incompleta, sobre la que alguna comunidad autónoma, como Cataluña, tiene legislación específica y alguna otra (como la valenciana) la tiene en estudio. La inseguridad jurídica de esta situación favorece que las integradoras, desde su posición de dominio, condicionen al ganadero sin que exista un contrato o con contratos que ofrecen pocas o ninguna garantía al productor.

Al fin y al cabo lo que se está pidiendo no es nada descabellado porque la regulación es lo que legaliza cualquier movimiento ya que si nos movemos dentro de los parámetros legales conseguiremos una mayor calidad de producción y nadie podrá hablar mal al respecto, al menos en este sentido.

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