Un audífono para ser mejor carnicero

Acudir al trabajo cada día sin gozar de la mejor salud y sin poseer todas nuestras capacidades puede ser algo tremendamente negativo y perjudicial para nosotros. De esta manera, la jornada laboral se hace insufrible, interminable y acaba por destruir numerosas de las mejores facultades que poseemos.

Cuando además se trabaja de cara al público, encontrarse cómodo resulta fundamental. Si conseguimos estarlo, una sonrisa no se verá forzada, el tono hacia el cliente resultará cordial y alegre y tendremos muchísimas más posibilidades de que éste vuelva a nuestro establecimiento cuando necesite un producto que nosotros le podemos proporcionar.

Os cuento esto porque es lo que deduje después de una experiencia personal ocurrida hace algunos años. Después de algún tiempo trabajando por cuenta ajena en una carnicería de una localidad vecina, decidí convertirme en emprendedor y abrir mi propia carnicería en mi municipio natal, que al ser bastante pequeño apenas tenía competencia para este sector.

De primeras, todo marchó a la perfección. Desde los primeros días comencé a forjar a mi clientela trayendo los mejores productos cárnicos y ofreciendo un trato amable, alegre y a un precio económico. Me gané la confianza de un montón de gente en el pueblo y ya veía mi futuro garantizado.

Sin embargo, comencé a tener problemas de audición. Día a día, notaba que cada vez tenía que forzar más para poder escuchar a mis clientes. Incluso recuerdo que la radio, que siempre solía estar puesta durante los primeros meses de mi negocio, la quité para que nada pudiera interferir entre yo y mis compradores. Lo estaba pasando francamente mal, y eso se notaba en lo que antes comentaba acerca de la comodidad, la amabilidad en el trato y la sonrisa.

Le comenté el problema a uno de mis amigos y me dijo que lo mejor que podría hacer sería tomarme unas pequeñas vacaciones y ponerme en manos de los mejores profesionales. Me puse en contacto con un centro auditivo, www.innovaudiosa.com, en el que revisé mi audición de manera gratuita. Efectivamente, tenía problemas para recibir todo tipo de sonidos, por lo que sería necesario que llevara audífono a partir de entonces. En el mismo centro me proporcionaron el más adecuado para el tipo de problema que padecía y, cuando terminé de adaptarme a él pasados unos días, recuperé gran parte de mi personalidad amable.

Lo demás vino por sí solo. La carnicería recuperó ese aroma especial de alegría cuando hubo terminado el periodo vacacional que había decidido tomarme. Los clientes regresaron a comprar todos esos productos de calidad que yo seguía trayendo y dejé de estar incómodo a causa de no poder escuchar lo que me decían. Por supuesto, también la radio volvió a su sitio.

Sin datos claros acerca del problema de la sordera

No se sabe con exactitud cuántos sordos hay en España, ni cuántas son las personas que sufren algún tipo de discapacidad auditiva en nuestro país. Según informaba www.eldiario.es en un artículo, el Instituto Nacional de Estadística tasaba la cifra de sordos en un millón mientras que otros estudios que carecían de oficialidad estimaban la cifra en dos millones.

Lo que sí está claro es que es un problema común y que afecta a una cantidad importante de personas. Por eso es necesario ponerse en manos de los mejores profesionales, tal y como yo hice para recuperar la vida que llevaba anteriormente. Y la verdad es que reconozco que al principio sentía un poco de miedo, pero fue un miedo que se disipó cuando empecé a comprender que ese camino era la vía para seguir siendo yo mismo. Y para mi felicidad.

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