Una boda con final feliz

Este invierno pasado nos invitaron a mi familia y a mi a una boda, los típicos primos de tus padres que no conoces y que solo has visto en otras bodas y en entierros familiares se casaban. Y claro ya te invitan pero vamos por puro compromiso, ya sabéis cómo son estas cosas. Bueno pues resulta que la boda no estuvo del todo mal, la misa no se me hizo muy pesada y bueno. Luego en el banquete la verdad que lo pasamos bien, los novios hicieron sorpresas para los invitados, y estuvo divertido. Nos regalaron a cada familia unas copas de cristal preciosas, en una caja muy bonita con un grabado de los nombres de los invitados y la fecha de la boda. La verdad es que me pareció un detalle super original, porque es algo que al final si no lo usas, lo puedes dejar de decoración en la cocina o en el salón y es cierto que queda super bonito. Pero es que el detalle de que grabaran sus nombres me encantó, tanto tanto, que al final de la boda en un momento de estos que no sabes si estás un poco borrachilla o ya cansada de tanto bailar, le pregunté a la novia que de dónde habían sacado esa genial idea. Me comentó que es una empresa que se dedica al grabado, decoración y personalización de cualquier producto que tenga que ver con el vino, sobre todo si se trata de cristal. Y la verdad es que me voy a poner en contacto con ellos para un regalo que tengo en mente de hacer para mi jefe que se jubila el mes que viene. Así que me pondré en contacto con esta empresa especializada en satisfacer las necesidades de sus clientes, como curiosidad os contaré que sirven a la Casa Real, a equipos de fútbol…

NO TODO EN LA BODA FUE BONITO

Lo que os decía antes, la boda no estuvo tan mal en cuanto a la misa, detalles en el banquete, el baile, luego la discoteca… pero hablemos de la comida. Hay muchas bodas que te dan la opción de elegir en el menú carne o pescado de segundo, en esta también lo hicieron. Yo elegí pescado, porque soy de las que cuando comen carne por la noche lo pasan mal porque se me hace super pesada, sea la carne que sea. Y como alternativa suelo elegir pescado. Pues bien, resulta que los camareros empezaron a emplatar los platos de pescado, hasta aquí todo correcto. Además tenía muy buena pinta, con un poco de limón y mezcla de otros productos que le daban un toque fantástico. Cuando empezaron la ronda de carne, se empezó a escuchar al fondo como unos ruidos de queja que no eran muy agradables. Cuando sirvieron a mi padre su carne, y le dio el primer corte vimos la razón de esos ruidos que venían de fondo y no lográbamos averiguar qué pasaba. Resulta que por dentro la carne estaba verde… como leéis… no es que estuviera rojita porque estuviera poco hecha, o negra por quemada. No, verde. Entonces claro ahí entendimos todo. De repente vi a los padres de los novios corriendo hacia la cocina y los camareros siguiéndoles. Resulta que el cocinero no se había dado cuenta que esa carne estaba en muy mal estado, si alguien llega a probarle le hubiera dado salmonelosis sin ninguna duda.

Por suerte es que había un plan b y les cambiaron en seguida los platos a todos los invitados que pidieron carne, se disculparon con los novios y con todos y luego supe que la empresa del caterin les hizo un regalo a los novios en plan compensación.

Nadie se quedó con hambre, pero el susto fue muy grande porque si alguien llega a comerlo imaginad la que se hubiera liado…

Aprovecho para daros unos consejos sobre la carne, fijaos bien en la fecha de caducidad, por muy bajo que sea el precio, no compréis si está caducado. Oliendo la carne también es fácil de ver si está bien o no. Ved bien de qué color es y qué tipo de carne es, cada puede ser de un color u otro. Y no dejarla mucho tiempo en el refrigerador.

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