Parece que ahora está muy de moda que en todas las bodas, o más bien en todas las celebraciones de bodas, haya cómo mínimo un plato en el menú del banquete donde el marisco sea el protagonista e incluso, en muchas ocasiones, es el marisco el rey de la jornada. Y no es que yo esté en contra pero donde esté un buen plato principal de chuletón o entrecot que se quite todo el marisco de la mesa.
Hace poco tuve la oportunidad de hablar con Luis Oliva, uno de los mejores fotógrafos de boda en Alicante, y me confirmó mis sospechas sobre este tipo de menús. Sospechas muy fundadas porque en las últimas cuatro bodas en las que he estado me he encontrado con bogavante, gambas, cigalas y langostas pero ni una mísera chuletita de cordero que se precie he podido llevarme a la boca en dichos banquetes nupciales.
¿Dónde han quedado esos platos con un buen chuletón al estilo Homer Simpson acompañado de unas buenas patatas como guarnición? ¿Y dónde está ese solomillo a la pimienta o ese entrecot al roquefort que hacía que los comensales salivaran sólo de ver cómo se servían los platos antes siquiera de haberlos catado?
Tal vez se puedan aunar las dos posturas y ofrecer un buen menú donde el aperitivo incluya algo de marisco y el plato principal sea un buen trozo de carne, o viceversa, aunque no me imagino yo un aperitivo a base de solomillos o trocitos de entrecots pero ya se sabe eso que dicen de que “para gustos los colores”.
Hace poco leí un artículo publicado en un medio de comunicación bastante conocido en este país del que prefiero ahorrarme el nombre por si acaso donde el escritor aseguraba que comer carne roja en las bodas hace que pierdan glamour. Y yo digo: ¿Perdona? ¿Desde cuando es más glamuroso pringarte las manos pelando langostinos que meterte un buen trozo de carne magra en la boca? A mí me da en la nariz que a veces estos snobs que dictan las modas y lo que es elitistamente correcto o no se dan algún que otro golpe en la cabeza antes de decidir qué es lo que queda bien y qué es lo que queda mal en según qué eventos, porque otra razón no le encuentro a tanta tontería y si no fijaros bien en lo que supuestamente es moda a la hora de vestir y veréis de lo que os hablo.
Y yo no digo que un buen pescado al horno sea una mala elección ni mucho menos, lo que digo es que no pueden desbancar a la carne roja de todos los menús de los restaurantes sólo porque comer marisco sea lo más chic del momento. De hecho estoy pensando en ir publicando por ahí a todo aquel que me pregunte que soy alérgico al marisco, a los crustáceos y a todo aquello que viene del mar para asegurarme de que en la siguiente boda mi plato principal sea de carne ya que parece que esa es la única manera de probar bocado carnívoro últimamente.