Esta es la receta para hacer unos cruasanes sabrosos para el desayuno

Preparar cruasanes en casa es un proceso laborioso, pero altamente gratificante, especialmente cuando se busca un desayuno que combine sabor, textura y ese toque artesanal que convierte lo cotidiano en especial. Los cruasanes, con su inconfundible forma de medialuna y su masa hojaldrada, son una de las piezas de bollería más apreciadas de la repostería francesa, y hacerlos desde cero requiere paciencia, técnica y respeto por los tiempos de levado y reposo. Sin embargo, el resultado final, crujiente por fuera y suave por dentro, justifica con creces el esfuerzo.

La base de un buen cruasán es una masa fermentada laminada con mantequilla. Para lograr esa textura ligera y aireada, el proceso comienza con una masa enriquecida, parecida a la de un brioche, pero menos dulce. Se elabora con harina de fuerza, agua, leche, azúcar, levadura y una pequeña cantidad de mantequilla. Es importante que la masa no quede ni demasiado seca ni demasiado pegajosa, ya que debe poder estirarse sin romperse. Una vez lista, se deja reposar en frío, lo que ayuda a desarrollar su estructura y facilita el posterior trabajo con la mantequilla.

La clave del hojaldrado está en el laminado, que consiste en envolver una buena cantidad de mantequilla fría dentro de la masa y hacer una serie de pliegues y estirados que generen capas alternas. Este paso es fundamental, y es esencial que tanto la masa como la mantequilla estén a la misma temperatura para que se integren sin mezclarse. El proceso incluye varias vueltas simples, con períodos de reposo en la nevera entre cada una para evitar que la mantequilla se funda. Durante este proceso, se va formando la estructura de capas que, al hornearse, dará lugar al característico interior alveolado del cruasán.

Una vez que la masa está lista y bien laminada, se estira en un rectángulo grande y se cortan triángulos con base ancha. Estos triángulos se enrollan desde la base hacia la punta, sin apretar demasiado, para que puedan expandirse durante el levado y la cocción. En este punto, es fundamental dejar que los cruasanes fermenten durante unas dos horas, o hasta que dupliquen su volumen. Este paso no debe apresurarse, ya que una fermentación insuficiente impedirá que se desarrollen adecuadamente en el horno, mientras que una sobrefermentación puede hacer que pierdan forma.

Antes de hornear, los artesanos de El Molí Pan y Café, esta franquicia de panadería, nos explican que se han de pintar con huevo batido para darles un color dorado y brillante. El horneado se hace a temperatura alta, en torno a los 200 grados Celsius, durante unos quince o veinte minutos, dependiendo del tamaño. Al entrar en el horno caliente, el agua contenida en las capas de mantequilla se convierte en vapor y separa las láminas de masa, creando ese efecto de hojaldre que hace tan especial a los cruasanes.

El aroma que invade la cocina mientras se hornea es inconfundible: mantequilla, masa recién horneada y ese toque dulce que anuncia un desayuno especial. Al salir del horno, es importante dejar que se enfríen unos minutos para que la estructura interior se asiente. Al romperlos, el sonido crujiente de la corteza y la vista de un interior bien alveolado son la mejor señal de que se ha hecho un buen trabajo.

¿Cuánto cuesta preparar los cruasanes en casa?

El coste de preparar cruasanes en casa depende del tamaño de la receta y de los ingredientes que utilices, pero en general, hacerlos tú mismo es mucho más económico que comprarlos en una pastelería artesanal, aunque más laborioso. Si bien, una estimación aproximada del coste para una receta estándar que se transforme en unos 12 cruasanes medianos puede ser:

  • Harina de fuerza (500 g): alrededor de 0,40 €
  • Leche (250 ml): aproximadamente 0,25 €
  • Agua (100 ml): prácticamente sin coste
  • Azúcar (50 g): unos 0,05 €
  • Sal (10 g): menos de 0,01 €
  • Levadura fresca (25 g): unos 0,15 €
  • Mantequilla de buena calidad (250 g, importante para el hojaldre): entre 2,50 € y 3,00 €
  • Huevo (1 para pintar): aproximadamente 0,20 €

Total aproximado: entre 3,60 € y 4,10 € por una docena de cruasanes, es decir, unos 0,30 €–0,35 € por unidad.

Este coste puede variar ligeramente según la calidad de los ingredientes, la marca de productos que elijas o si compras en tiendas especializadas, ecológicas o a granel. También es importante tener en cuenta el gasto energético del horno y del tiempo de frío en la nevera, aunque eso suma solo unos céntimos más.

En comparación, un cruasán de panadería puede costar entre 1,20 € y 2,50 €, así que hacerlos en casa supone un ahorro considerable. Además, tienes el valor añadido de la calidad artesanal, el control total sobre los ingredientes y la satisfacción de elaborarlos tú mismo.

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