Hay miles de platos, de recetas, que entre sus ingredientes tienen algo de carne, pero cuando pensamos en la calidad de un buen filete lo hacemos imaginando chuletones y bistecs a la parrilla con guarnición. Craso error, porque hasta los platos donde la carne es sólo un elemento secundario cambian notablemente cuando utilizamos un buen corte.
Hace años que mis viajes en vacaciones se redujeron a coger el coche y visitar ciudades cercanas porque, cuando adopté a Salem, mi perro, lo hice sabiendo las responsabilidades que eso conllevaba y no entraba en mis planes dejarlo solo, o en casa de algún familiar, durante mis vacaciones de verano. Sin embargo, hace unos meses me hablaron de animalesporavion.com, una empresa especializada en el transporte de animales por avión perteneciente al conocido grupo Star Cargo y este verano me animé a tomar un vuelo con Salem y mi pareja para visitar Mallorca, la isla del veraneo español por excelencia (y del Alemán por lo que pude comprobar).
Reconozco que al principio me dio algo de miedo. De un tiempo a esta parte los medios de comunicación han publicado cientos de noticias de animales que han fallecido durante vuelos o a causa de los mismos, tanto por frío como por calor, estrés y otras causas derivadas, algo que yo no pensaba permitir que le ocurriera a Salem. Pero al final accedí a probar porque llegué a conocer a tres personas que ya habían probado sus servicios y estaban más que contentas con ellos.
En Mallorca disfruté de lo lindo, yo y Salem, que parecía más encantado que yo en Cala Gamba, una preciosa cala en Palma de Mallorca donde los perretes son bienvenidos. No está muy masificada así que fue todo un lujo poder disfrutar y descansar allí junto a mi amigo peludo.
Disfrutando del sol y de la buena comida
En cuestión de gastronomía no me corté un pelo, comí de todo en todas partes, y ahí es donde quería llegar yo porque probé una pizza de carne en Art de Pizza, la que para mí es desde entonces una de las mejores pizzerías de Palma de Mallorca, que quitaba el hipo. No sólo sabía a pizza, lo cual es lógico y normal, sino que también sabía a carne de verdad, de la buena, de la de corte rico. Me supo mal preguntar pero estoy casi segura de que era ternera de babilla de clase A picada con especias y aromas. Estaba deliciosa.
Y es que jamás será lo mismo comprar una pizza de carne picada o de barbacoa cuya carne está producida al por mayor de desechos de otras carnes (porque sí, ahora ya lo sabéis, mucha carne picada que se vende en las grandes superficies son los restos que nadie quiere bien picados), que comprar una buena carne y picarla tú mismo, tal y como seguramente hacían en aquella pizzería.
Lo mismo ocurre con otros platos a los que no prestamos demasiada atención cuando hablamos de carne, como espaguetis boloñesa, canelones, lasaña, salsas de carne, crepes de carne, pastel de carne, berenjenas rellenas, etc.
La mejor carne picada, según la OCU, es la de El Corte Ingles y el Aldi, pero yo solo doy fiabilidad a ese estudio si hablamos de carne picada empaquetada, porque la mejor carne picada es la que te hacen en la carnicería, delante de ti, o la que picas tú en casa proveniente de buenos trozos de ternera, pollo o cerdo. Esa es la verdadera carne picada del lujo, la que todos deberían consumir y la que muy poca gente consume.