Y no quería ir…

La semana pasada se casó la hija de unos amigos de mis padres en esta hacienda para bodas en Sevilla. La verdad es que yo no quería ir, yo me habría quedado muy a gusto en casa mientras ellos se iban al gran evento, pero por compromiso acabé aceptando la invitación y yendo a la boda. Nada más llegar me llamó la atención el letrero que se podía leer a la entrada porque, normalmente, ponen el nombre de los novios en letras grandes o la palabra “love”, pero la pareja encargó a Rótulos de Corcho un letrero enorme que decía “A Comer”.
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